El Greco: su vida y sus obras más famosas

A mediados del siglo XVI y en plena explosión renacentista, nacería en el año de 1541 en Candía, actual Heraklion – Grecia. Quien sería reconocido por la historia como uno de los mejores pintores de su época y sin lugar a dudas, como el gran pintor de Toledo y el manierismo; “El Greco”.

Doménicos Theotocópoulos (1 de octubre de 1541 – 7 de abril de 1614), nace en el seno de una familia acomodada,hijo de Geórgios Theotokópoulos un comerciante y recaudador de impuestos. Durante su niñez recibe una educación católica, ya que la isla de Creta pertenecía a la llamada República de Venecia.

Desde temprana edad se ve atraído por la literatura clásica y el estilo artístico de las pinturas bizantinas. Hasta la edad de 26 años se dedica a realizar pintura de iconos. Para 1566 viaja a Venecia, donde asume el estilo renacentista en su máxima expresión. Luego de cuatro años en Venecia se traslada a Roma, su estadía sería de siete años (1570 – 1577) adoptando el carácter de la escuela veneciana, desarrollo su estilo aprendiendo de maestros como Tiziano y Tintoretto. Comenzando a plasmar sus pinturas con una mayor extravagancia, propio del estilo del alto renacimiento conocido como manierismo. Tal como se representa en una de sus pinturas de aquella época; La purificación del templo, en su segunda versión pintada en Roma (1571-1576). Distinguido por una arquitectura etérea y una perspectiva figurativa.

Aunque su obra se inspiró en gran medida en el estilo de Michelangelo Buonarroti, Doménicos llevaría el manierismo a niveles universales. Una de las pinturas donde más se nota la influencia de Miguel Ángel es el fresco “La Trinidad” realizado entre 1577 y 1579, siendo su primer gran encargo en Toledo – España. El Greco como ya se lo conocía en el mundo del arte, ya para ese entonces era un reconocido pintor de la aristocracia. Al terminar su estadía de siete años en Roma se mudaría a la ciudad de Toledo por un encargo de Felipe II para decorar la catedral de Toledo, que en ese entonces era la capital religiosa de España y donde viviría por el resto de su vida.

 Radicado en Toledo, es donde se vería toda la explosión artística de El Greco. Produciendo una serie de pinturas que le dieron su renombre y gran prestigio por toda Europa como uno de los últimos grandes pintores del alto renacimiento. Sus magnificas creaciones le dieron un lugar en la corte con el beneplácito de Felipe II, sus pinturas y frescos fueron encargados por grandes mecenas, en su gran mayoría obras religiosas.

El Greco permaneció soltero durante toda su vida, solo se le conoció un solo amorío con la española Jerónima de las Cuevas, con ella engendro a su único hijo Jorge Manuel, quien también fue pintor y se ocupo de continuar con el legado y las composiciones que dejo su padre. Doménicos Theotocópoulos “El Greco” muere realizando una obra para el hospital de Toledo el 7 de abril de 1614. Sus restos reposan en la iglesia de Santo Domingo el Antiguo. Su muerte no solo significo el final de la pintura manierista sustituida por el barroco, sino, la partida física de uno de los últimos grandes pintores que vio el renacimiento.

El Greco y su acercamiento al manierismo

Para comprender la extensión y la capacidad artística de El Greco, hay que hacer un inciso en el estilo propio que adopto en su pasaje de diez años por Italia y que le valió su gran fama, por supuesto no solo basta con la técnica en si misma. Este artística más que una copia, marco su propio sello desarrollando con el pasar de los años una personalidad y forma de expresar sus pinturas de la manera en que solo el podía.

El manierismo surgió en Italia, en tiempos conocidos como el alto renacimiento a principios de 1530 hasta finales del siglo XVI. Este tipo de pintura parte de la imitación de las grandes obras de Leonardo Da Vinci, Rafael de Sanzio y Miguel Ángel. Se produce para la época un deseo de replicar las obras de arte de estos tres grandes, junto con el imperante canon religioso que arropa toda Europa, desde Florencia los mecenazgos de Medici y los poderosos aristócratas solo sueñan con replicar la grandeza de la pintura florentina. Así se extiende por toda Italia encontrando tierra fértil en Venecia, artistas como Tiziano y Tintoretto se apropiarían de este estilo, formando la escuela veneciana. Junto con otros pintores de renombre que acogieron el manierismo como Palma el Viejo y Lorenzo Lotto.

 A la llegada de El Greco para 1566, el estilo manierista se encontraba en pleno apogeo, esto junto con la adoración de las obras de Miguel Ángel, lo inspiro a tomar como suyo este tipo de representación distorsionado, que se distingue por el exagerado y desproporcionado tamaño de las personas dentro de sus pinturas. Esta perspectiva irracional venia acompañado con composiciones de luz limitada, propio del virtuosismo de la maniera di Michelangelo.

Este estilo de pintura que desafía la armonía natural, con trazos y expresiones radicales y muy poco ortodoxas es la carta de presentación del manierista y este estaría presente en los frescos de El Greco. Las pinturas expresan el movimiento en cada pincelada, la belleza y la composición épica describe pasajes de la espiritualidad católica traídas al plano terrenal. Los últimos bastiones de lucidez del estilo manierista se vieron en Holanda y España, hasta que fue reemplazado por el arte barroco a principios del siglo XVII.

Las obras más famosas de El Greco

A continuación, detallaremos las obras más relevantes que este famoso artista universal produjo durante su vida, en su gran mayoría durante su época madura en Toledo.

Laocoonte

Laocoonte, es uno de los últimos grandes trabajos que realizo durante su vida. Dos grandes paisajes de Toledo hechos para el año de 1612, que recrean un momento de la mitología, donde se observa a Laocoonte y sus hijos retorciéndose en su lucha contras las serpientes. En un cuadro de perspectiva admirable, proyectando hábilmente el dolor y el movimiento en el retorcijo, con colores en tonos oscuros y con un fondo de paisaje claro hace que el hecho central de la pintura sea más vivido. Este tipo de frescos son los que elevan a El Greco como un artista de talla universal. 

El caballero de la mano en el pecho

Este cuadro pintado en oleo sobre lienzo realizado en el año de 1580, no se conoce el nombre del retratado, pero se presume que tiene conexión con el tercer marqués de Montemayor, Juan de Silva y de Ribera, esta acción de jurar con la mano en el pecho es una visión perfecta de su influencia con la escuela veneciana, con una expresión facial llena de tensión y una composición magnifica. En una perspectiva frontal que seria parte de su estilo.

La adoración de los pastores

Esta fue una de sus últimas composiciones realizada entre 1612 – 1614. Muestra el nacimiento de Jesús, en presencia de sus padres María y José, junto con tres pastores que le adoran expresivamente de rodillas. Acá se muestra la intensidad de la escena pictórica con los rasgos muy marcados y el cuerpo desproporcional al tamaño de su cabeza. Los colores contrastan radicalmente con la oscuridad del fondo.

El expolio

Este fresco reposa en el cabildo de la catedral de Toledo y fue uno de sus primeros encargos en la ciudad (2 julio de 1577). La pintura muestra a Cristo como figura central, de cabeza pequeña y sobrepasado por encima de él, un numeroso contingente que lo escolta inspirados en iconos bizantinos. A su izquierda las tres marías sufren al verlo, a su derecha un hombre prepara la cruz para la crucifixión. Predomina el rostro iluminado de cristo, mientras que los hombres tras él, son opacos y oscuros.

Como dato curioso; la catedral vio teológicamente inapropiada la pintura, ya que las cabezas de los hombres sobrepasan a la de cristo.  

El entierro del conde de Orgaz

Este encargo firmado en marzo de 1586, muestra los restos del Señor de Orgaz en la iglesia de Santo Tomé, muerto en 1323. Era venerado por sus grandes donaciones a la iglesia católica y las instituciones de Toledo, la leyenda local cuenta que para el momento de su entierro hicieron presencia divina San Estaban y San Agustín quienes fueron los que le llevaron sus restos a la tumba. Este relato religioso se desarrolla en presencia del cura y la comunidad con vista al cielo, haciendo énfasis en el milagro y San Esteban y San Agustín con atuendo dorado cargando en brazos el cadáver del Conde de Ordaz.

La crucifixión, del colegio de María de Aragón

Este cuadro es parte de un encargo dividido en seis partes conocido como el retablo de doña María de Aragón. Encargo recibido en 1596, donde resalta el fresco La Crucifixión. Presentado a Jesús crucificado y desangrándose. A sus costados dos ángeles colocando sus manos en la sangre de cristo, a sus pies se encuentra la virgen María acompañado de otro ángel, San Juan Evangelista y María Magdalena.

Nuevamente se hace énfasis en el color iluminado de Jesús y los ángeles, que predominan en la pintura sobre un fondo oscurecido y opaco.   

La Purificación del Templo   

Esta de las pinturas más destacadas de El Greco durante su estadía en Italia. Se nota levemente su adopción por el estilo manierista, con inspiración de Tiziano para representar a los hombres en posiciones radicales propias de una pintura con movimiento. Fresco realizado en el año de 1570, sobre una arquitectura bien predispuesta y marcada, en colores brillantes e iluminados se ve el enfrentamiento de Jesús expulsando a los mercaderes del templo.